sábado, 4 de junio de 2016

LA TORTUGA TÓTEM Y MEDICINA

 
Tradicionalmente, la tortuga es un símbolo del camino de la paz, ella nos anima a cultivar la paz mental o una relación pacífica con nuestro entorno.
 
El continente americano se conoce como "isla de la tortuga" en el folklore americano nativo. Se dice que la tortuga lleva el peso de la tierra de ese continente en su espalda. Esta imagen también está presente en las culturas hindúes y chinas, donde la tortuga es el animal portador de la Madre Tierra y sostiene el mundo en equilibrio.

Si tienes la tortuga como tótem significa que tienes una afinidad con la antigua sabiduría de la tierra. Que es posible que hayas sintonizado de forma natural con los elementos, tierra, plantas, personas y animales. Tu llevas tu casa sobre la espalda en sentido figurado y te sientes a gusto en cualquier lugar.

La tortuga es uno de los reptiles más antiguos que existen, y de ahí que aparezca en las mitologías de pueblos ancestrales como símbolo de la Madre Tierra, de la longevidad y del despertar de percepciones superiores.

La Tortuga simboliza la Maternidad. Longevidad. Aparición de oportunidades.

Estamos hablando aquí de la familia de animales más antigua de entre todos los animales vertebrados, con alrededor de 250 especies, 48 de las cuales pueden encontrarse en Estados Unidos.

En torno a la tortuga se han tejido multitud de relatos míticos. En el Lejano Oriente, el caparazón de la tortuga era símbolo del cielo, en tanto que la cubierta cuadrada inferior (el peto) simbolizaba la tierra; de ahí que la magia de la tortuga sea una invitación para recibir las bendiciones del cielo y la tierra, y que tenga la facultad de unir el cielo y la tierra en la vida de las personas.

En Japón existe una antigua leyenda, «El cuento de Urashima», que narra la historia de un pescador que ayudó a una tortuga a volver al mar, tras impedir que unos niños la maltrataran. La tortuga, agradecida, se ofreció para llevar al hombre sobre su lomo hasta lo más profundo de los mares, para que recibiera el reconocimiento del Rey del Océano, el cual honró y recompensó al pescador concediéndole la mano de su hija, una ondina de las aguas, a través de la cual pudo hallar, por primera vez en toda su vida, el verdadero amor.
 
La tortuga es una criatura costera, capaz de vivir tanto en la tierra como en el mar; y dicen que todas las zonas costeras esconden puertas hacia el Reino Feérico. De hecho, se dice que la tortuga es la guardiana de estas puertas, motivo por el cual se la ha considerado un enlace con el mundo de las hadas y promesa de recompensas feéricas.
 
Por otra parte, en Nigeria se tenía a la tortuga por símbolo de los órganos sexuales femeninos y de la sexualidad; mientras que para los nativos americanos estaba relacionada con el ciclo lunar, la menstruación y el poder de las energías femeninas.
 
Curiosamente, muchas especies de tortugas tienen el caparazón dividido en 13 placas, que vendrían a coincidir con las 13 lunas llenas o las 13 lunas nuevas que se alternan en el calendario lunar, y muchos creen que es aquí donde habría que buscar el motivo de la vinculación de la tortuga con las energías femeninas y del hecho de que la tortuga sea un símbolo de la madre primigenia.
 
Debido a la avanzada edad que puede llegar a alcanzar y a su lento metabolismo, la tortuga se ha vinculado también con la longevidad y con el arraigo y el contacto con la tierra. Pero, además, los movimientos de la tortuga son siempre extraordinariamente lentos, como si supiera que dispone de todo el tiempo del mundo, por lo que su medicina nos puede transmitir una percepción diferente del tiempo, así como de la relación que mantenemos con él.
 
Las tortugas disponen de unas habilidades y estrategias para la supervivencia sorprendentes. Para empezar, tienen un sentido auditivo muy agudo, que les permite sentir las vibraciones existentes en el agua a través de la piel y del caparazón. Por otra parte, su vista es capaz de distinguir incluso colores y disponen también del sentido del olfato; de ahí que los tótems tortuga conserven el misterio del despertar de los sentidos, tanto en el ámbito físico como en el espiritual, siendo capaces de estimular la clarividencia y la clariaudiencia, y de potenciar el sentido del olfato y la discriminación superior.
 
Si la tortuga aparece en tu vida, quizás convenga que te hagas algunas preguntas:

¿Estás viendo lo que deberías ver?
¿Estás escuchando lo que deberías escuchar?
¿Estás discriminando adecuadamente?
 
En la medida de lo posible, intenta identificar la especie concreta de tortuga que ha aparecido en tu vida, pues, aunque existen muchas especies, puedes especificarla con un poco de esfuerzo si te fijas en el diseño del caparazón. Cada especie tiene un caparazón diferente, y cada tortuga tiene al menos una característica que la diferencia de las demás y que tiene, habitualmente, un importante significado simbólico. Por ejemplo, la tortuga mordedora, o tortuga lagarto, puede simbolizar la capacidad para hacer un buen uso de la boca y de todo lo relacionado con ella (la voz, el sonido, la digestión); mientras que la tortuga de caja, que tiene un peto articulado que le permite encerrarse casi herméticamente, puede enseñarte modos de protección más seguros. Por otra parte, la tortuga pintada te puede transmitir la facultad para el uso del color, en tanto que cualquier tortuga marina puede transmitirte todas las facultades relacionadas con el simbolismo de las aguas y del mar.
 
Como todo el mundo sabe, las tortugas llevan la casa a cuestas; pero, a diferencia de lo que vemos en los dibujos animados, no pueden salir de su caparazón, dado que este es en realidad una adaptación de la espina dorsal y las costillas de la tortuga.
 
Por otra parte, aunque haya personas que lo consideran imposible, las tortugas son capaces de darse la vuelta en caso de que se las ponga boca arriba, impulsándose para ello con la cabeza y su fuerte cuello. Este hecho debería sugerir a las personas que tienen a la tortuga como tótem que, en caso de que todo su mundo se vuelva del revés, hagan uso de su cabeza —es decir, de sus conocimientos— para ponerlo todo de nuevo en su sitio; pues, a veces, las tortugas aparecen en momentos como estos para hacernos ver que siempre existe una solución.
 
Las tortugas son omnívoras, dado que se alimentan de insectos, plantas, peces, anfibios e incluso, en ocasiones, de pequeños mamíferos. En resumen, son unos animales muy oportunistas; por lo que, si la tortuga aparece, convendrá que estés muy atento para no dejar pasar una buena oportunidad.
 
Para los nativos americanos, la tortuga era el símbolo de la Madre Tierra, y un recordatorio permanente de que la tierra satisface siempre todas nuestras necesidades. Puede ser que, en ocasiones, los árboles nos impidan ver el bosque, pero la tortuga puede ayudarnos a ralentizar el paso para que no nos pasen desapercibidas las oportunidades que se nos presentan.
 
El lento metabolismo de las tortugas debería llevarnos también a formulamos algunas preguntas:
 
¿No estaremos viviendo una vida demasiado agitada?
¿Nos estamos tomando tiempo para nosotros mismos? ¿Estamos tan ocupados como para no ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor?
¿O bien estamos yendo demasiado despacio y convendría acelerar el ritmo?
 
La tortuga te puede ayudar a decidir en todos estos temas.
 
La tortuga es la presa favorita de los mapaches, por lo que quienes tienen a la tortuga como tótem harán bien en estudiar también el significado del mapache, pues les permitirá comprender las interacciones de las energías que se manifiestan en su vida.
 
Por otra parte, se cree que las tortugas recurren a los baños de sol para elaborar vitamina D, por lo que convendrá que las personas tortuga lleven un control estricto de su ingestión vitamínica, y que ajusten su dieta y sus suplementos de vitaminas para limitar las carencias de vitamina D en su organismo.
 
Todas las especies de tortugas marinas entierran sus huevos en las playas, pero luego los abandonan, de tal modo que las crías, cuando nacen, tienen que sobrevivir por sus propios medios. En cuanto eclosionan, se lanzan en una desenfrenada carrera de supervivencia hacia el mar, en busca de la seguridad de las olas. Este vínculo entre el agua y la tierra tiene una gran importancia, sobre todo en lo relativo a la reproducción.
 
El agua es la gran fuente creativa a la cual podemos recurrir y en la cual podemos vivir, pero siempre con la condición de que salgamos de ella y apliquemos esa creatividad en el mundo físico, en la tierra. Por otra parte, apunta a la necesidad de pensar bien las cosas antes de actuar.
 
Si la tortuga ha aparecido en tu vida, quizás es que ha llegado el momento de conectar con tu esencia primigenia. Métete dentro de tu caparazón, y sal de él solo cuando tus ideas estén listas para su plena expresión. Es hora de que reconozcas que la abundancia te está esperando ahí fuera, aunque eso no quiere decir que lo vayas a conseguir todo de inmediato. Tómate tu tiempo y deja que el flujo natural trabaje para ti.
 
La tortuga nos recuerda que todo cuanto necesitamos está a nuestra disposición, siempre y cuando lo abordemos de la manera correcta y en el momento adecuado.

Las tortugas nos dicen que el camino hacia el cielo pasa por la tierra, que en la Madre Tierra tenemos todo cuanto necesitamos, y que ella cuidará de nosotros, nos protegerá y nos alimentará en la medida en que nosotros hagamos lo mismo por ella. Pero, para ello, tendremos que aminorar el paso y potenciar nuestra sensibilidad, constatar que todo está interrelacionado con todo y que, del mismo modo que la tortuga no se puede distanciar de su caparazón, tampoco nosotros podemos distanciarnos de todo cuanto le hacemos a la Tierra.

 
 
 
 

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