lunes, 27 de abril de 2015

CHAMANES Y CURANDEROS NO CHAMÁNICOS

 

Los chamanes se han confundido con los curanderos, brujos, hechiceros y curanderos que trabajan en estados de trance.

El chamán se distingue por su capacidad de utilizar un estado de trance en particular en el que el alma del chamán abandona el mundo físico y viaja en el mundo invisible para hacer una conexión mistica con el espíritu.

Una vez que se establece la conexión, las energías del mundo de los espíritus ayudan al chamán en el diagnóstico de lo que hay que hacer y también le ayudarán a hacerlo, a menudo, allí mismo, en el mundo invisible. El alma del chamán, después, vuelve al mundo físico y a su regreso compartirá con los chamanes de la comunidad la sabiduría adquirida en ese estado alterado.

Este movimiento entre el mundo físico y el mundo espiritual es un acto de disciplina.

El chamán controla ese estado de trance en todas las etapas de la iniciación, la interpretación, acciones, la salida y retorno.

El profundo estado de trance extático, conocido como vuelo de espíritu, en el que el alma del chamán abandona el cuerpo no es necesario en cada sesión de sanación chamánica.

La profundidad y tipo de trance necesario para una curación particular, dependen del lugar donde esté la fuente del problema. El chamán aclara tanto donde está el origen del problema como lo que es necesario hacer para resolverlo a través del diagnóstico. Los chamanes suelen diagnosticar de una manera única y personal que implica el contacto con el mundo espiritual.

Independientemente del diagnóstico específico, hay dos aspectos que son similares en todas las sesiones.

Uno de ellos, es que el chamán se convierte en un puente energético entre el mundo físico y el mundo del espíritu a través del trance. El segundo es que, el chamán toma medidas, él o ella, mueven la energía a través de ese puente energético ya sea mediante la recuperación de energía que pertenece al cuerpo del paciente (por ejemplo, volviendo con la parte de alma perdida del cliente en una recuperación del alma) o mediante la eliminación de energía que está en el cuerpo del paciente y no debe estar (por ejemplo, la eliminación de la intrusión de un espíritu malo).

Es necesaria la presencia física del enfermo para practicar el chamanismo. A veces parece una exhibición o un entretenimiento. Esto no descarta el trabajo de curación de los chamanes. El rendimiento esperado del chamán se define por la cultura en la que el chamán está involucrado.

En las culturas como la de Corea, del chamán se espera que muestre en el mundo visible los que está experimentando en el mundo invisible. En otras culturas, como Indonesia, la evidencia de la posesión es lo que se espera. Otros chamanes simplemente prefieren lugares tranquilos, privados y trabajar su experiencia personalmente.

A pesar de las expectativas culturales, los extraños nunca asumen que tras esta exhibición lo que se persigue, es la curación. Además, estas exhibiciones pueden servir para centrar la atención de los asistente en la curación, y estas energías colectivas pueden transformar lo invisible del ritual en una sensación energética que la comunidad reconoce.

Pasar a la acción en el mundo invisible es esencial para la práctica del chamanismo, es lo que diferencia al chamán, de psíquicos, médiums, sacerdotes, curanderos y otros energéticos.

Las acciones del chamán se pueden canalizar a nivel individual o a nivel colectivo a través del ritual o ceremonia, pero siempre se trata de restablecer la armonía y servir a los demás. En algunas culturas estos medios sirven de ayuda para defender y proteger a la comunidad de sus enemigos. En estas comunidades, los chamanes son a la vez hechiceros y chamanes.





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